Día de la Independencia Dominicana

Bandera Dominicana

     Hoy 27 de febrero, en la República Dominicana celebramos nuestro día de la independencia, recordando aquel mismo día, pero en el año 1844 cuando decenas de miles de dominicanos, bajo el liderazgo de una sociedad secreta llamada La Trinitaria, lograron proclamar el país como libre, soberano e independiente. Precisamente esto último fue uno de los principales ideales de Juan Pablo Duarte, padre de esta patria, fundador  y autor intelectual de las acciones de La Trinitaria. Mas explícitamente, el dijo: “Nuestra patria ha de ser libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”.

     Nos ponemos a pasar revista sobre estos 166 años de “independencia”, y vemos como nos hemos desgastado ideológicamente. Si entrevistamos personas en las calles, muchos afirman que hoy celebramos “El Carnaval”, otros dirán que hoy se celebra la independencia, pero no sabrán por qué, ni como sucedió, también aparecerán otros que ni siquiera reconocen los nombres de las 3 figuras denominadas padres de la patria (Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella).

     El punto no es que hallamos olvidado los nombres, pues lo importante no es el hombre, sino, la idea. El caso es que ignoramos lo que significa ser un país independiente y por tanto, no nos preocupamos por mantener esa independencia.

     Es cierto, no existe una ocupación extranjera que domine al país, sin embargo, tenemos una economía dependiente, principalmente de Estados Unidos, tenemos un sistema de justicia, que extraoficialmente es dependiente del sistema político, que a su vez está directamente influenciado por una oligarquía, donde el pueblo solo es considerado una herramienta para usarse en épocas de elecciones, pero que no tiene voz ni voto para otras ocasiones, como por ejemplo, cuando se desea modificar la constitución.

     Cuando la corrupción rebasa todos los límites imaginados y el descaro de sus autores sobrepasa la insolencia, vemos lo tranquilos que nos quedamos todos, aceptando eso como algo normal y sumándonos al fenómeno descrito en “La teoría de las ventanas rotas”.

     Hoy celebramos algo, pero ya no sabemos qué. Esta no es la patria que se plantearon los trinitarios y esta no es la independencia que nos quisieron dejar como herencia. Los idealistas modernos, o han sido eliminados (literalmente), como se hacía antaño, o ya en la época actual, han sido comprados con dinero, pues al parecer “todos tenemos un precio”. Y los medios de comunicación tampoco se quedan atrás, ya quedan pocos que hagan su trabajo cuando se trata de informar esas verdades que causan el enojo de los políticos y demás figuras “dominantes”.

     Pero no todo está perdido, aun nos queda la luz al final del túnel y lo demostramos cuando se intentaba construir una cementera en los alrededores del parque nacional Los Haitises, cuando nos unimos como pueblo y forzamos al gobierno a replantear su postura, culminando en la cancelación del controvertido proyecto.

¡Somos un pueblo valiente, solo debemos despertar y hacer que se escuche nuestra voz!

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo, pero me gustaría ser tan optimista como tú, pues creo k ese despertar sólo será posible con una gigantesca dosis de educación, no exclusivamente intelectual, sino tambien ideológica.

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  2. Así es amiga Lucy, nuestro pueblo ha perdido sus sentimientos idealistas, así que hace falta una gran dosis de eso. Si te fijas, lo que hace falta es iniciativa, pues el pueblo aun conserva su espíritu, aunque dormido. El ejemplo de la cementera de Gonzalo, saca a relucir que si un pequeño grupo toma iniciativa, el pueblo despierta su espíritu y se pone en pie, si considera que es una causa justa (y necesaria). Lo que necesitamos es una manera de poder convencer al pueblo de que todas esas cosas que están mal, no se pueden simplemente quedar asi, que debemos luchar por cambiarlas y que nosotros tenemos el deber y el poder de hacerlo, si luchamos unidos.

    Hasta pronto!

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