El día que cometí “Harakiri”

Harakiri o Seppuku

     El Harakiri (o Seppuku), era una práctica ritual japonesa, comúnmente utilizada por los samuráis. Consistía en suicidarse para morir gloriosamente, en lugar de llegar a caer en manos del enemigo o bien fuera para expiar la culpa de haber deshonrado el código de honor.

     Pasando cuentas de todo cuando acontece a mi alrededor, las cosas que ocurren o dejan de ocurrir, las cosas que se cambian o se dejan de cambiar…    …todo lo que ocurre mientras me mantengo indiferente al mundo, sin actuar, sin intervenir, sin evitar la injusticia ni aplicar la justicia cuando el caso lo amerite. Sin preocuparme por el bienestar de todos. Me siento sin honor, sin la dignidad de representar la casta guerrera de un samurái. Siento que he traicionado los principios y el código de honor que me fueron heredados y los que juré defender a costa de mi vida.

     Hoy no quiero seguir viviendo en la deshonra. Hoy he recurrido al Harakiri. He tomado mi espada y me he desentrañado, con eso espero limpiar mi honor y revalidar los valores de mi casta.

     He sufrido mucho estos últimos minutos, pero ya no existe mas dolor, ahora nada perturba mis pensamientos. Noto que puedo moverme con mucha facilidad, pese a saber que la herida que me provoqué debió dejarme inmóvil.

     Ahora puedo ir a cualquier lugar, no me detiene ningún obstáculo. Siento que soy aire y puedo volar literalmente donde desee. Me traslado hasta donde se encuentran aquellos por quienes di mi vida. ¿Que les ocurre? Todos están en la misma situación que antes. Nadie ha cambiado, siguen indiferentes al mundo. Siento consternación por el hecho de que no valoraron mi sacrificio. Entiendo que todos se han vuelto egoístas y solo piensan en ellos mismos. Ese egoísmo los ha hecho actuar individualmente. Que pena, olvidaron que la fuerza está en la unión, por eso no logran sus objetivos. Incluso cuando la mayoría tienen los mismos objetivos, el hecho de que cada uno lo intente por si solo, les evita conseguirlo.

     Ahora me siento mejor de haber ejecutado el harakiri, pues si no era por mi propio honor, lo habría hecho para no vivir la vergüenza de que mi casta perdiera de repente sus principios y se dejara seducir por las promesas de riquezas individuales, olvidando a sus hermanos, olvidando lo que juraron defender y finalmente, olvidándose de quienes son en realidad.

     Solo quisiera poder volver y hacerles ver a mis hermanos lo equivocados que están al preocuparse solo por ellos mismos y olvidar a sus hermanos. Hacerles ver lo tristes que estarían si lograran cumplir sus objetivos y vieran que nada vale la pena si no lo pueden celebrar con los hermanos, si no pueden compartirlo ni admirarlo. Nada es un logro si carece de valor, si no tiene un significado apreciable mas allá de nuestro propio aprecio.

     Es hora de irme, de seguir mi camino hacia mis ancestros, donde esperaré pacientemente al resto de los míos. Solo entonces sabré si han cambiado de parecer, si aprendieron a preocuparse por los demás, si aprendieron a unirse para ver que unidos es la forma mas fácil de lograr los objetivos y que de esa manera, los objetivos se disfrutan mucho mas. Hasta entonces, me limitaré a esperar, esperar, o…       …quizá despertar.

Comentarios

  1. Hola colega. He estado medio ausente, pero no podía dejar de decirte que este post me ha encantado, no sólo por el mensaje, que es inspirador, sino también por la prosa que has utilizado. Creo que bien podrías dedicarte a la poesía y te saldría fenomenal. Seguimos en contacto... Un abrazo!

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  2. Muchas gracias Lucy, de verdad que ya te extrañaba por acá. Tus comentarios siempre son bienvenidos y satisface mucho recibirlos.

    La verdad, siempre intento llevar un mensaje, aunque utilizo distintas maneras de expresarlo, ya que es muy difícil hacer ver a un ciego, sobretodo si está ciego por su propia voluntad. Pero seguiremos intentando hacer llegar algo de sentido común a todos.

    Un abrazo y hasta pronto!

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