Democracia

Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento.” Nelson Mandela

 Raul Alfonsín

     En la foto vemos a Raúl Alfonsín, considerado como el padre de la democracia moderna. Fue el presidente argentino democrático, marcando un hito en la historia al finalizar la era de las dictaduras militares. Marcó el fin de los golpes de estado en Argentina.

     Algunos piensan que pese a sus buenas intenciones, su gobierno era incapaz de superar las crisis que se venían encima, por lo que entregó su mandato a Carlos Menem en 1989, de manera anticipada y evitando así un presunto golpe de estado.

     Lo cierto es, que para ese entonces, la democracia se propagaba como el viento por toda América Latina.

     “La democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo.” Wikipedia

     Si partiéramos de la definición antes expuesta, notaríamos que eso define una utopía, nada mas lejos de la realidad de las democracias que vivimos hoy día. “El gobierno del pueblo” es un ideal que al parecer murió incluso antes que su definición llegara hasta nosotros.

     Muchos países tienen lo que en teoría se conoce como Democracia Representativa, que es aquella en la que el pueblo elige a un conjunto de representantes, para que ellos hagan valer la voluntad popular. Esto sería bueno, si los gobiernos electos realmente representaran la voluntad popular, pero la realidad es que no es el caso. Los gobiernos en los países capitalistas obedecen una única voluntad: La oligarquía que posee o maneja el capital. Esto es una realidad, no solo en países tercermundistas, sino, incluso en las grandes potencias mundiales. Esto hace que pasemos de Democracia a Aristocracia, o como algunos mejor definen: Plutocracia, por lo que esa democracia que nos han vendido es solo un fiasco.

     Lamentable resulta ver a todo un pueblo, confiado en que vive en una democracia, que le permite votar para elegir el gobierno que desee. Totalmente ignorante de que la única libertad que tiene es la de elegir mediante el voto popular, los representantes de un partido, que tan pronto asuma el poder, olvidará por completo la voluntad de los votantes y se pondrá a disposición de la misma oligarquía que controlaba a su antecesor.

     En este sistema, el votante deposita su esperanza en el voto, y olvida que la democracia no se trata de poder votar. Se trata de que la voluntad popular gobierne, no la voluntad de un puñado de personas que manejan el mayor capital del país, y por consiguiente, manejan al “obediente” gobierno; eso sí, un gobierno elegido “democráticamente” por la mayoría.

     Es indefectible la degeneración de nuestros sistemas democráticos, pues al ir desapareciendo la ideología real, los partidos políticos fueron basándose cada vez mas en la propaganda de sus candidatos, no precisamente de sus ideas o planes de gobierno, sino, en pura y llanamente, publicidad. Esas campañas, cada vez mas competitivas entre los distintos partidos aspirantes, resultan siempre mas y mas costosas, por lo que los candidatos requieren reunir grandes sumas de dinero para financiarlas.

     ¿Cómo se consiguen esas grandes sumas de dinero? Pues se consiguen patrocinadores. Normalmente, estos patrocinadores son los grandes capitalistas, empresarios poderosos que desean favores políticos, tales como la aprobación de leyes a conveniencia de sus actividades empresariales (sin importar si es en perjuicio del pueblo), ventas de terrenos estratégicos, indultos, y otros muchos favores que siempre harán feliz a la voluntad plutocrática.

     ¿En todo esto, dónde queda el pueblo? Pues donde el capitalismo lo quiere: hundido en la miseria y perdido en la ignorancia. En estas circunstancias, el pueblo representa la gran fuerza que mueve las industrias y hace crecer el capital. Por esto, aún en el siglo 21, conservamos un sistema educativo concebido para los inicios de la era industrial, pues de este modo, educamos obreros, en lugar de hombres y mujeres sabios, conocedores de la realidad y probablemente cargados de ideología. Eso resultaría peligroso para el sistema.

     ¿Y si el pueblo se diera cuenta que esto no es una democracia y uniera sus fuerzas para obligar al gobierno de turno a representar su voluntad? Bueno, en República Dominicana lo hicimos recientemente, con una cementera que el gobierno había otorgado los derechos a un consorcio minero (presuntamente por favores políticos), y que se ubicaba en los alrededores del Parque Nacional Los Haitises. El pueblo se unió y salió a protestar como nunca lo habíamos hecho, obligando al gobierno a retractarse y deshacer el acuerdo.

Una democracia no puede existir mientras el mecanismo de elecciones incluya un aparataje de campañas vacías, pero costosas, que requieran la financiación de la oligarquía e incluso de patrocinadores de muy dudosa reputación, pues un gobierno que debe favores, nunca será un gobierno del pueblo y para el pueblo.

Comentarios

  1. En cualquier caso, querida Mua, YO soy el "lío". ¡Que se cuiden "ellos"!

    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
  2. Muy buen artículo, amigo Luduing. Apruebo y saludo lo en él expresado.

    G. Atilio

    ResponderEliminar
  3. Gracias Atilio. Tenía mucho tiempo con el borrador para este artículo, pero no había conseguido el momento para concluirlo y posteriormente publicarlo. Realmente son tantos temas los que quisieramos expresar y compartir, que en ocasiones nos saturamos solo de pensarlos.

    ¡Cordial saludo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Congelado en el tiempo

Te amaré por ¿siempre?

Mundo Artificial