La propiedad privada

El saber es la única propiedad que no puede perderse.” – Bias De Prience

Propiedad Privada      “La Propiedad Privada puede definirse como el poder jurídico pleno o completo de un individuo sobre una cosa”. (Wikipedia)

     El concepto de Propiedad Privada existe desde hace ya demasiado tiempo, sin embargo, ¿realmente comprendemos su significado? ¿es justificado desde un punto de vista social? ¿es aplicable en justa medida a cada ser humano en el planeta?

     La verdad es que si nos detenemos a pensar sobre el significado, lo primero es que debemos determinar por qué se llama “propiedad”. Una propiedad es algo que nos pertenece, pero ¿por qué nos pertenece? quizá porque la heredamos, la compramos, la intercambiamos o cualquier otra manera de adquisición que tuvimos a mano. De cualquier modo, el término “Propiedad” por si solo es ambiguo, mejor ponemos como ejemplo algo concreto, como un terreno. Si tenemos un terreno como propiedad, poseemos algún título o documento que avala que ese terreno es nuestro, pero un terreno es parte de la tierra, del planeta, ¿cómo se justifica que sea exclusivamente nuestro? Probablemente, si analizamos e investigamos, veremos que antes de nosotros fue de otro titular (persona o entidad propietaria del terreno), y puede que antes de ese titular, hubiese otro(s), pero llega un punto donde era territorio NO PRIVADO, sino, parte de la tierra y de todos los seres que la habitasen.

     Cuando los europeos invadieron el continente hoy conocido como América (aunque los gringos insisten en que Estados Unidos es América, la verdad es que América es el continente, con todos los países que lo componen, incluyendo a Cuba, que tanto les duele admitir), los nativos de estas tierras, tenían sus territorios, pues existían muchas tribus, pero los territorios no estaban divididos por barreras, los bosques eran aprovechados para cazar alimento y eran territorios o zonas comunes, propiedad de la madre naturaleza, no de ninguna tribu o clan. Los invasores irrumpieron y empezaron a repartirse los territorios, como si por alguna especie de mérito inherente, les pertenecieran. Así América empezó a conocer ese “magnífico” concepto de Propiedad Privada. Los nativos, que habitaron y cultivaron la tierra desde siglos atrás, se iban quedando sin tierra, mientras que los recién llegados, se hacían “legalmente” con las propiedades. Pongo “legalmente” entre comillas, porque precisamente las leyes se hacen e imponen a medida de los intereses de los mas poderosos, que son quienes las diseñan.

     En la actualidad vemos muchos casos de tribus nativas de varios países, que existieron desde mucho antes de la colonización, pero que hoy tienen que luchar para disputarse alguno que otro territorio. Uno de los casos es el de los Mapuches, en Chile (y también en Argentina). El gobierno de Chile llegó a tratar a algunos Mapuches como terroristas, incluso empleando una ley heredada de nada menos que el sanguinario dictador Pinochet.

     Como raza humana, nacimos en la Tierra, pero ¿Nos pertenece a nosotros exclusivamente? ¿Acaso las demás especies no tienen derecho también a los mismos recursos naturales?

     Hay demasiadas posibles preguntas cuyas respuestas serían ambiguas y no es este el momento en que quisiera ponerme a responderlas, pero quisiera concluir con estas preguntas, sin exponer mi opinión, pues esta vez quisiera que ustedes fueran los que emitieran sus juicios al respecto:

     - ¿Si se toma energía del Sol para producir electricidad, es justo que se cobre casi tan caro como si esa electricidad se produjese con derivados del petróleo?

     - ¿Si se produce electricidad a partir de turbinas hidroeléctricas, es justo que se cobre igual de caro como si se utilizase una planta de combustible fósil?

     - ¿Si el agua es un recurso de todos, por qué las empresas embotelladoras la consideran Propiedad Privada y nos cobran por ella?

     No quiero adelantarme a sus opiniones, pero parece ser que la Propiedad Privada es otra de las artimañas capitalistas que nos mantiene atados a este sistema tan cruel e insaciable.

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